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Taller Lírico de la Ópera de París

El Taller Lírico de la Ópera de París: un trampolín para las voces de mañana

Desde el 2005, el Taller Lírico de la Ópera nacional de París propone un programa de perfeccionamiento en canto y en el oficio de jefe de canto. La formación en música y en arte dramático se conjuga con proyectos escénicos.

 

MALDITOS LOS INOCENTES: PRIMERA REPRESENTACIÓN DEL AÑO PARA LOS SOLISTAS DEL TALLER

Sopranos, tenores, barítonos... son doce este año, provenientes de Rusia, Italia o Guatemala para seguir esta formación propuesta por el Taller Lírico de la Ópera de París. Los participantes son rigurosamente seleccionados. Todos están destinados al oficio de cantante-solista. Desde el comienzo, los alumnos del taller preparan activamente su próxima producción. La ópera Malditos los inocentes es una creación original que será interpretada por vez primera en diciembre. Cuatro jóvenes compositores egresados del Conservatorio nacional superior de música de Paris musicalizaron un libreto firmado por el escritor-dramaturgo Laurent Gaudé. En 1212, unos adolescentes se lanzan a una cruzada hacia Tierra santa. Pero la expedición los llevará a su pérdida. Un capítulo oscuro de la Historia dónde el director Stephen Taylor vislumbra la posibilidad de interrogar "el distanciamiento entre nuestros ideales y nuestras ideologías".

 

"UN TRABAJO TEXTUAL NECESARIO"

Esa mañana en la sala de ensayos Debussy de la Ópera Bastilla, se vive un ambiente de estudio. Alrededor del piano están dos solistas trabajando en el acto II de la ópera. El barítono Andriy de Ucrania encarna el papel de Inocente III quien se opone al proyecto de los adolescentes. Frente a él, Arto, tenor francés de origen armenio interpreta al Mensajero. Bajo la dirección de Stephen Taylor el ensayo inicia con una lectura musical. Los cantantes calientan su voz. Cada frase, cada palabra son explicadas: antes de cantar hay que impregnarse del texto para encarnar a los personajes en toda su dimensión. Entonación, dicción, pronunciación, el director no descuida nada. Luego los dos solistas se ubican en la escena improvisada. Las voces finalmente se liberan. "Este trabajo textual es un ejercicio necesario para estos cantantes venidos de diferentes horizontes lingüísticos. Algunos hablan muy bien el francés, otros menos. Todos deben estar en una base de igualdad", destaca Stéphane Resche, asistente de dirección.

 

UNA FORMACIÓN MUSICAL Y TEATRAL PARA PERFECCIONARSE

Arto, de 30 años, llegó en octubre pasado al taller. Esta formación es un poco su "tarjeta de presentación" para el futuro, explica. Un sentimiento que comparte Andriy de 27 años. Inicia su tercer año en el Taller y no deja de valorar los intercambios culturales con los otros cantantes. Durante una o dos temporadas los solistas seguirán talleres ofrecidos por reconocidos especialistas. Los cursos de canto, de dicción lírica y de pronunciación se alternan con una formación centrada en el juego teatral y que abarca por ejemplo, módulos sobre la dinámica corporal o el estudio del rol.

 

LA EXPERIENCIA ESCÉNICA

La confrontación escénica es la otra misión del Taller. Cada año los alumnos participan en seis o siete espectáculos musicales, esencialmente recitales o conciertos. La producción anual de una ópera les permite impregnarse de los grandes roles del repertorio lírico. En Francia y en el exterior los jóvenes cantantes van a presentarse en los grandes escenarios y así someter su trabajo al juicio del público. Tienen la oportunidad de ser vistos por los directores de casting o los jefes de orquesta. Para no citar sino una, así fue para la soprano rusa Elena Tsallagova: ex alumna del Taller Lírico quien tiene este año el rol principal femenino en Peleas y Melisalde presentado en la Ópera Bastilla.